5 Características de personalidad que conducen al Burnout

Miriam Hernández Soler  
Fundadora y Directora de Centro SanaMente

Las personas que inician con mayor compromiso y eficacia laboral son las mismas que tienen mayor posibilidad de desarrollar Burnout, y por ello, también son quienes suelen volverse contractores organizacionales y/o rotar, representando así pérdida de talento clave para las organizaciones. 

Todo inicia con una gran sensación de compromiso, entrega y entusiasmo frente a un reto profesional o laboral; la persona se encuentra motivada por un ideal, quizá una oferta de trabajo muy prometedora, un gran sueldo, un ascenso, su primer posición profesional, la ilusión de entrar a una organización con gran renombre que nos ha “elegido”, o bien, una posición con funciones retadoras.

En todos los escenarios anteriores, no solamente la empresa coloca en nosotros una serie de beneficios y obligaciones, también nosotros alojamos internamente el deseo de poder cumplir ciertas expectativas que tenemos sobre nosotros mismos; es decir, integramos mentalmente a esta nueva situación la representación mental construida a lo largo de los años de cómo alcanzaremos nuestro “yo ideal profesional”. 

Esta construcción mental interna, ha sido alimentada y creada por la cultura en la que nos encontramos, las personas importantes en nuestra vida que han sido ejemplo de cómo ser profesional, las conductas que observamos en quienes hemos considerado exitosos, los ideales bajo los cuales entendemos lo que es el logro y nuestra personalidad.

El concepto individual de logro profesional se encuentra impulsado por nuestras características de personalidad.

Por ello, a pesar de encontrarnos en una misma organización, con las mismas responsabilidades o exigencias que alguien más, nuestra respuesta, desempeño y posibilidades de desarrollar estrés disfuncional o Burnout no son iguales en todas las personas.

De esta manera, resulta importante clarificar individualmente ¿qué me motiva profundamente a buscar “éxito profesional”? Y a pesar de que esta pregunta implica respuestas superficiales reales, tales como necesidad económica, responsabilidades con la familia o el placer que se encuentra en ejercer una profesión, existen otras respuestas que nos ayudarán a entendernos mejor y quizá, evitar que nos pongamos en una situación de riesgo como es el síndrome de desgaste laboral.

Aquí encontrarás 5 grupos de características de personalidad que promueven inconscientemente las conductas que movilizan hacia el Burnout:

  1. Necesidad de ser admirado: El éxito profesional es un medio para lograr destacar, obtener valoración y reconocimiento de otros. Si bien estas son fuentes de bienestar para todo ser humano, en este caso la ambición se encuentra vinculada al anhelo de ser visto por otros como grandioso, capaz, ideal y así obtener seguidores, influencia, prestigio y poder.

El trabajo solamente es un medio, no un fin en sí mismo, por lo que pueden caer en fallas laborales, no reconocimiento de sus áreas de mejora y la creencia de que su conducta y desempeño no debe ser cuestionado por nadie.      

  1. Preocupaciones perfeccionistas: En este caso la persona muestra exigencias excesivas que lo obligan a ir más allá de los límites físicos, emocionales y/o conductuales. Son comunes pensamientos como “no es suficientemente bueno este resultado, siempre puede hacerse más y mejor” y esto le lleva a dedicar más horas, pensamiento y energía al trabajo.

Los logros obtenidos nunca son suficientes debido a que existe una inseguridad profunda que le impide reconocer esfuerzos, avances y éxitos.

  1. Ausencia de otras fuentes de validación: Se ha colocado el valor, competencia y eficacia total como persona en un solo aspecto de la vida: sus logros profesionales. Considera otros aspectos de la vida como innecesarios, menos importantes o no ha tenido éxito al intentarlo; por ejemplo “solo me siento capaz en la oficina, en mi casa, con mi familia no tengo el mismo nivel de control y capacidad de gestión”. 

El pensamiento anterior es resultado de sentirse empobrecido en otras actividades y dinámicas, por tanto se refugia en el trabajo, donde al hacer más, se siente más apto y capaz; en este caso existen preocupaciones y dudas profundas sobre el nivel de eficacia y valor individual.

  1. Temor a la autoridad: Existen dificultades para poner límites a las exigencias de la organización y/o los líderes debido a que se teme la burla, el desprecio o las represalias que pudieran surgir como consecuencia. En este caso, es importante considerar que la persona muestra estas preocupaciones no solamente en el área laboral, es un grupo de temores que precede a su actividad profesional y/o sucede consistentemente con amigos, familia, conocidos, etc.

Existe desconfianza, preocupación y sospecha sobre las intenciones de los otros, lo cual lo impulsa a no poder decir “no”; en este sentido trabajar más es un mecanismo para evitar conflictos.

  1. Temor al rechazo: En este caso también existen problemáticas para poner límites o decir “no” frente a demandas laborales, sin embargo esta conducta es motivada por la creencia profunda de que así se obtendrá aceptación de otros. Por tanto, cuando otros le piden más, la persona accede esperando que ello resulte en mayor pertenencia, reconocimiento y/o cariño de otros.

Existe una creencia interna de que la aceptación social, solo se puede obtener a partir de ceder, priorizar las necesidades de otros y restringir así las necesidades individuales.

Y tú ¿cuál o cuáles identificas en ti?

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